martes, 24 de junio de 2008

POR TI

No existe el tiempo cuando estoy contigo, se detiene cuando habla mi corazón, invaden el aire las emociones. Tu mirada dulce se clava en mis tristes ojos, borra de mis labios toda palabra y un ligero temblor se apodera de mi cuerpo. Son mis ojos, entonces, los que expresan en sumiso silencio aquello cuanto quisieran decir mis labios; se pueden leer en ellos cuánto siente mi alma, desprenden los sentimientos que mi corazón ansía regalarte...
Nada tiene importancia teniéndote a mi lado, aunque sólo sea por un instante, como una estrella fugaz; sólo tú, nada más, se me olvida todo lo demás, el mundo deja de girar. El más liviano roce de tu piel me estremece el alma, la hermosura de tu inocente sonrisa me inunda de gozo, me llena de felicidad. Se confunden mis ideas, se esfuma la razón, aparece entonces la pasional cordura del loco, tan diferente a la locura del cuerdo, vaga e insensible. Sólo un pensamiento existe... tú, nada más que tú. Tú y yo, nadie más.
Agonizan mis castigadas manos por acariciar tu tersa piel, por hacerte sentir el calor de la pasión; perecen mis labios por besar tus dulces labios, por probar la miel que se escapa de tu boca; desfallece inevitablemente mi corazón por abrazar tu enorme y bondadoso corazón, por hacerlo suyo en cada vigoroso latido... Y muero yo, sí; me muero por tenerte cerca, por ser tuyo, por hacerte mía...

Datrebil

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