jueves, 26 de marzo de 2009

DECIDLE, POR FAVOR

Decidme, estrellas del cielo, cómo decirle esto que llevo dentro y que de ansias me mata, si mi voz no alcanza a oír mi amada... Decidle vosotras, por favor, lo que mi corazón siente, pues la tenéis más cerca... tanto como yo quisiera tenerla...
Habladle al oído, como susurro callado, que llegó a mi vida tal que agua de mayo a los campos y que encendió de nuevo la llama de la ilusión en mi corazón... Que me encontraba perdido en errante caminar y ella prendió la luz hacía donde guiar mis pasos iluminando el sendero del amor a mis pies...
Contadle que mis pensamientos le pertenecen y con ellos mis sueños... que cada noche la busco en el firmamento y que, aún en la distancia, la veo más bella... Que la siento a mi lado en la cama, que me acuna en sus regazos como la madre a su pequeño...
Comunicadle que despierto percibiendo el calor que deja en mis sábanas cada mañana... Que su perfume queda impregnado en mi cuerpo como queda la fragancia en las manos de aquel que reparte rosas...
Mencionadle con tino que mi alma vela su destino, aún estando tan lejos; y que estaré siempre presto para cuando tienda su mano pidiéndome auxilio... Que mis silenciosas palabras serán bálsamo para sus lamentos y sonrisas para sus alegrías...
Referidle, amigas, que mi corazón late por su alma con amor profundo y sincero; que arde en pasión y en deseo saciados en compartidos sueños... Que no se desvanece el anhelo de tenerla en mis brazos y sentir su piel en mis manos... en mil caricias...
Anunciadle que se secan mis labios suspirando por besar los suyos, que ansían beber el elixir del deseo en su boca dulce... Que mi pecho se estremece sólo de pensar el liviano roce de los tuyos, albergando el gozo del amor puro y lozano...
Decidle estrellas del cielo, a mi luna amada, que muero por ofrecerle mi amor entero, que mi alma agoniza por fundirse con su alma clara en vigoroso abrazo... Que mi corazón será suyo por siempre si ella así lo desea... en cuerpo y espíritu...
Explicadle a mi luna bella que la amo con locura, pues de otra manera no se amar... Que la siento correr en mis venas, entre la piel y el alma...

Datrebil

domingo, 15 de marzo de 2009

PÉTALOS MELANCÓLICOS

El cálido manto de la melancolía cubrió, de nuevo, mi alma mientras leía aquel poema. En cada verso se escapaba una ilusión, entre mis dedos la dulce esencia de la rosa se desvanecía… Con el corazón encogido, su recuerdo se hizo presente; secas lágrimas de anhelo y nostalgia asomaron a mis tristes ojos, dudosas entre bañar mi alma o humedecer mis mejillas, reflejo mismo de mi existencia: querer y no poder…
Pétalos versados me traían su silueta a mis torpes manos, afanosas por ofrecer una leve caricia. Aquella que dejara en mí la eterna fragancia de la rosa; la que perdura inquebrantable al inevitable paso del tiempo, a la agónica ausencia, a la indiferencia…
Evocaba el melancólico poema a la blanca rosa, mi musa, mi alma… mi amor. Nuevamente, mis sentimientos fluían encausados por mis venas, mi sangre los conducía hacia mi loco corazón vertiginosamente estremeciendo mi cuerpo, mi ser… - Se acelera el pulso, cada latido es aun más fuerte que el anterior, resurge el amor en él - quise pensar yo. Mas nunca dejó de amar, pues quien de veras ama, no deja de amar jamás; siempre acoge en el interior de su corazón el rescoldo del sentimiento que lo mantiene vivo.
Exaltaban sus versos mi sentir, mis pensamientos; aquellos que con sencillas palabras he expresado en poemas y en prosa: entendibles para algunos, no tanto para otros; afines a unos y opuestos a otros… No obstante, no dejan ser mis propios pensamientos reflejados de una forma personal, quizá; pero que, al fin y al cabo, no son más que mis sentimientos… para bien o para mal.
Ayer leí un poema, una caricia de la melancolía, que manifiesta mi sentir tal como si tras mirarme a los ojos hubiese advertido en mi transparente mirada aquello que mi corazón guarda custodiado por mi errante alma; aún sin haberme tenido, su autora, nunca delante suya. Del mismo modo que pareciera, incluso, que hubiera entrado en mis entrañas empapándose de mí para expresarlo luego en sus versos el sentir de mis sentires más profundos e intensos.
Es en él… en un poema que al leerlo, la melancolía me acoge en sus regazos y abraza mi alma, donde queda recogido mi ser y mi sentir…
Gracias, amiga, por tan hermoso poema.

Datrebil

miércoles, 11 de marzo de 2009

PALABRAS...

Siempre ha sido mi corazón un lugar de puertas abiertas, donde entró aquel que quiso y salió de él cuando lo decidió, donde permanecen aquellos que lo desean y regresan quienes quieren. Quizá por eso ha sufrido tanto y ha hecho tanto daño, también; tal vez no supe retener en mi corazón a quien me amó como nadie lo hizo nunca, o dejé entrar en él a aquella persona que como a ninguna amé sin que ella llegara a saber siquiera cuanto por ella sentía... o, es posible, que viva dentro de él quien me ama y me lo ha dado todo sin que yo entendiera cuanto sacrificó y ofreció por mí, incluso sin recibir lo que esperaba...
Hoy nuevamente se diluye en la oscura tinta de palabras derramadas sobre un inmaculado papel, una amalgama de sentimientos, de ilusiones y sueños... alegrías y penas, hechos y anhelos... cumplidos, unos; y rotos, otros... Palabras que plasman aquello que emerge de mi alma, grito en silencio que desnudan mis sentimientos callados, sentir que, como siempre, busca el abrazo de quien al leerlas se identifique con él y procure mimos amigos que lo acompañen en este frío caminar. Palabras que se tiñen con los tonos tristes que reflejan mi mirada; mas siendo yo tan feliz como en aquellos días ya pasados, vuelven mis ojos a ahogarse en la soledad de sentimientos errantes que deambulan por las algodonadas nubes por las que paseo asiduamente.
Siento los pies en el suelo, paso a paso recorren los caminos de la vida con mayor o menor dificultad siguiendo el ritmo cansino del paso de los días; con ellos van mi cuerpo y mi mente, a la par resuelven las horas que han de pasar trazando el destino que me tocó vivir. En cambio, hay una parte de mi ser que aún se resiste al sometimiento del tiempo y de los designios, mi corazón lucha osadamente contra obviedades e imposiciones... Aún latiendo cadenciosamente al abrigo de la flor de loto, que abre sus pétalos ofreciendo su adorable fragancia mientras el sol regala su luz a la vida, un palpitar afanoso rompe el compás suspirando por la caricia dulce del susurro de viento que solivianta mi alma...
De nuevo, son las palabras que traza la pluma que mi mano empuña, sentimientos que mi corazón arrulla y que no tratan más que coser las fisuras que las espinas del amor produjeron en él. Palabras que atesoran mis sentires más sinceros y profundos, que se lleva el viento en libertad hacia el barrio de los incomprendidos de loco corazón...

Datrebil