jueves, 18 de diciembre de 2008

¿POR QUÉ BRILLAN LAS ESTRELLAS?

Son muchas las veces que al cielo he mirado, buscando en la oscuridad de la noche, la luz de las estrellas. Cerraba los ojos y soñaba despierto que podía tocarlas mientras su mágico resplandor se me escapaba entre los dedos; volvía a abrirlos y observaba que aún eran más las centellas que acompañaban a la luna en su solitario navegar por el ancho y negro mar del firmamento. Era un momento encantador, un místico instante en el que todo desaparecía de mi mente… Tan sólo una cuestión rondaba mi cabeza, siempre me preguntaba: ¿Por qué brillan las estrellas? Y aunque procuré resolver mi duda, nunca alcancé una resultado concluyente…
Hoy que te miro a los ojos y me ciegan su hermosura, puedo decir convencido que he encontrado la respuesta.
Es el candor de las hermosas miradas de las mujeres reflejadas en las amargas lágrimas que la luna derrama en su envidioso devenir, a merced de su lindeza por saberse que ellas menos bella. Clama al cielo su desdicha, encelada se lamenta, llora Selene la pena de ver en las mujeres la belleza que anhela. Ilumina la noche con millones de asteroides que dejan su estela como la mariposa de sueños en su lánguido volar.
Quizá por eso me encante observar las estrellas; tal vez por eso se dibuje en mi cara una sonrisa cada vez que encuentro en la espléndida Osa Menor la centella que más brilla, la Estrella Polar. Es en ella donde se irradia el inmaculado relucir de tus ojos, la deslumbrante pureza que emerge de tu mirar cual si fueran los resplandecientes pétalos de una preciosa rosa blanca.
Es la lágrima de luna donde se refleja tu hermosura, donde tu belleza interior deja su huella, es aquella estrella que orienta mi alocado destino, guía de mi errante caminar…
Sí… Es por eso… que brillan las estrellas.

Datrebil

viernes, 12 de diciembre de 2008

NOSTÁLGICA AUSENCIA

Hoy vuelve a llover, se salen mis ojos nostálgicos por la ventana con la mirada perdida, se vidrian de melancolía buscando en cada gota caída el reflejo efímero de su sonrisa; mas no logro encontrar siquiera el leve brillo de su mirar. Se humedecen mis labios ansiosos saboreando los besos suyos que nunca probaron, el aire frío de su ausencia los seca y agrieta dejándolos sedientos del dulce néctar de su boca. Se escapan suspiros anhelosos de ella, se pierden entre las nubes oscuras que acompañan mi soledad.
Es la tesitura de quien ama a una mujer sin que, tan sólo, pueda decirle lo que siente... Aquel que riega con lágrimas amargas los pétalos de una rosa blanca, el mismo que naufragó en las aguas que bañan el reino de la fantasía, que imaginó rozar con palabras escritas la luna bella, o quien deseó acariciar tenuemente el delicado susurro del viento... Un loco soñador que ama al amor y siente el miedo en su piel por no poder amar con el amor que pretendiera... Y que se contenta tan sólo con verla un segundo, pues para él es al mismo tiempo tan breve y eterno...
Dile mirándola a los ojos que la amas, me dice una voz amiga. Mas cómo decirle aquello que siento, si de hacerlo con ello perderla puedo... Cómo explicarle cuánto por ella padezco, si al intentarlo enmudece mi voz, las palabras se silencian... Y cómo callar, si de ganas me muero por contarle este sentimiento tan fuerte que siento en mi pecho... O cómo no amarla, si de no hacerlo a mi corazón mentiría y perdería la cordura mi razón...
Cuando sus ligeros pasos la alejan de mí y mis manos tratan de sujetarla sin conseguirlo, se me desgarra el alma... y muero. Las tardes sin ella se vuelven silencio y vacío... El paso lento del mentiroso tiempo alarga el perseguido momento de verla de nuevo... y parece no llegar.
Aún sin haberla tenido nunca, si a perderla llegara... ¡¡pobre de mí!! Mi cuerpo quedaría vacío: vagaría mi alma en triste soledad por el mundano país del olvido; mi corazón que por ella late, mi realidad, con ella permanecería siempre como la sombra que custodia cada uno de sus pasos. Sonámbulo deambularía diáfano de sentimientos, a merced de la cruel soledad, de la tristeza de quien no supo amar...
¿Por qué se hace y se percibe tanto daño cuando se siente tan bonito?
¿Por qué duele tanto el amor...?

Datrebil

viernes, 5 de diciembre de 2008

NO HAY DOS SIN TRES

Para qué esperar que caiga la moneda que marque el designio de este sentimiento que me ahoga, si echarlo a suertes no es más que engañar a mi corazón, de nuevo, y engañarme a mí mismo. Es sólo huir de mi propio destino cerrando los ojos a cuanto siento, mas que no lo consigo; pues el amor es ciego y no necesita de la vista para recorrer su camino.
Sigo perdido entre lo que tengo y lo que quiero, albergando falsas esperanzas: unas por alcanzar mi anhelo, otras por apartar de mí este sentimiento. Pues por mucho amarla, entre mis brazos no la tengo; ni por desear olvidarla y evitar mi dolor, lo consigo ni quiero.
Incondicional seré a mi loco corazón, su fiel vasallo en esta desventura que por más que alumbren las dudas a la razón, no dejará que se apague la llama que prende su candor. Lo acompañaré en cada paso, juntos buscaremos la salida de este laberinto de sentimientos en cuyo centro se halla aquella rosa blanca que tanto ansía.
Son numerosos los obstáculos que debemos sortear, altos los muros que tendremos que saltar, serán muchas las espinas de amargura que se claven en mi pecho desangrando a mi corazón en cada intento y, tal vez, ni siquiera superando cada una de las adversidades que se presenten alcancemos acariciar tan solo uno de sus pétalos; mas únicamente con percibir su olor, el esfuerzo se verá recompensado...
He aquí el dolor que clama mi alma: el silencio que guardan mis labios... el amor que gritan mis ojos... Qué más quisiera yo poder clamar al viento lo que siento para que mi rosa blanca perciba la brisa de mi amor en cada uno de sus pétalos. Mas prefiero sentir sus espinas clavadas en mi corazón, que pretender empapar mis manos de su fragancia y todo perderlo... su aroma y sus espinas...
Seguirá mi cansado corazón vertiendo lágrimas de sangre por aquellas llagas que provoquen las espinas de mi rosa blanca. Y aunque la razón diga que no será posible, persistirá la esperanza de que algún día cada gota derramada logre teñir de rojo pasión sus añorados pétalos albinos convirtiéndola en una bella rosa roja, muestra de un amor correspondido...

Datrebil