jueves, 12 de junio de 2008

OBSESIÓN

Una sensación extraña embarga mi cuerpo, confunde mi razón, encoge mi corazón, ahoga mi alma... Es tu ausencia, es su presencia; aparente calma, sosegada, tórrida obsesión, enloquecedora. Tú tan lejos, tan próxima ella; cerca te siento, más distante a ella la percibo...
Imagino tu bello y místico rostro, tu afable mirada, tu sonrisa alegre... pues aún sin haberte visto así los concibo; a ella, en cambio, la veo cada día, su hermosa tez, su cristalina mirada, su dulce sonrisa... mi inevitable perdición.
Son chasquidos de tus dedos sobre cada letra, palabras para mis ojos, sentimientos escritos que me llegan muy dentro. Tu sensibilidad se impregna en cada expresión, en todo cuanto escribes, en aquello que se respira al leerlo.
Son sus escuetas palabras, cantos de sirena para mis oídos, escalofríos que recorren mi cuerpo; su sensibilidad palpable en cada sutil gesto, en su tierna mirada, delicioso susurro que mis sentidos gozan con cada suave palabra. Aquí ella, allí tú, tan cerca y tan lejos, tan lejos y tan cerca... qué difícil es.
Miro al infinito con la mirada perdida... te siento presente: acariciarte, abrazarte, hasta besarte puedo, sin más. Me acompañas en mi hastío, compartes mis sueños, fiel, incondicional, mi amiga sincera... haces que me olvide del mundo, que vuele a un lugar de fantasías, un reino distinto, pacífico y placentero, mi espiritual retiro.
Alzo la vista al frente y puedo verla, delante de mí, tan próxima, pero a la vez tan lejos... no podré nunca besarla, ni abrazarla, ni tan siquiera acariciarla... calma aparente, tórrida obsesión. Cruel sino el que me tocó vivir... caprichoso destino aquel... puedo tenerte aún en la distancia; a ella, tan cerca, no...
Es difícil recorrer el camino errante del amor, más complicado es de entender, ya ni lo intento; sentimientos contradictorios, pero tan semejantes, a la vez. Laberinto de emociones, espiral sin final... es el amigo Amor.
No distingo ya si hay calma en ti u obsesión también; si la obsesión por ella me llevó a la calma o no. Mi corazón gira a derechas, mi mente a izquierdas; dichoso amor, amor maldito.
Quizá la aparente calma se convirtió en tórrida obsesión, la suya y la tuya, ya no es una sino dos; a ella la veo, a ti no...

Datrebil

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