jueves, 12 de junio de 2008

NOSTÁLGICO INVIERNO

Es efímero el jardín de la alegría, aunque afanosamente lo reguemos cada día. Inevitablemente llegó el amargo momento, se marchitó el más tierno clavel, el más hermoso, aquel que se convirtió en tu confidente, en tu amigo fiel. Nada se pudo hacer, son circunstancias de la vida que no podemos evadir.
Llega el invierno frío y melancólico; con éste los nostálgicos recuerdos, aquellos que no se olvidan... a pesar del tiempo.
Veo la tristeza en tus bellos ojos, se apagó repentinamente su luz, la expresiva alegría de tu mirar... Se pierde en el horizonte tu mirada, distante, como si buscaras a alguien desesperadamente, mas no lo encuentras, no aparece, no lo hará... Emprendió un camino sin retorno que te cuesta aceptar; entiendo tu pesar, amiga, es difícil de afrontar. Cruel destino aquel que tan pronto te separó de él...
No hay palabras que pueda decir para apaciguar tu dolor, ni hechos para aliviar tu desdicha; comparto tu hastío y no más puedo extender mi mano amiga por si la quieres coger... Será mi hombro tu consuelo si ahogar las penas quieres en él; si necesitas calor para calmar su ausencia de mi abrazo sincero puedes disponer... Un amigo incondicional que te aprecia a tu lado siempre en mí tendrás...
No podré cambiar el pasado, no; el clavel marchito su galantería, lamentablemente, no volverá a mostrar, mas quedará su fragancia, que nadie podrá borrar... no se podrá olvidar, es su recuerdo el que te hace caminar.
No puedo más que cuidar aquel nuevo jardín de sentimientos que nació con nuestra amistad. Seguro estoy, amiga, que en él florecerá una bella rosa blanca, no tan hermosa como tu añorado clavel, no es mi intención. Yo me encargaré de regar para que de su deliciosa esencia puedas disfrutar; no pretendo más que animar cada paso de tan largo caminar que en la vida aún te ha de quedar...
No hay en el cielo una estrella que no se pueda alcanzar... si se intenta.

Datrebil

VIVO MURIENDO DE AMOR

Ausente de este mundo miro por la ventana de mi habitación, de ese lugar donde mi alma se calma, donde se encuentran paredes que me escuchan, teclado que me comprende, pantalla que me acompaña... Mirada dispersa, distante, melancólica... dirigida a un punto indefinido, perdido en la infinidad de la vida.
Alejado del presente por un instante, sumido en mi propia soledad, en aquella donde mi corazón late despacio, paulatino, sosegado, ajeno al mundo que discurre con normalidad; inmerso en el devenir de sensaciones olvidadas que aturden mi cabeza, que afloran por cada llaga de mi piel. Sólo un pensamiento, una inquietud... un sentimiento profundo... atracción; tal vez, cariño; amor, quizá... Vivo muriendo, muriendo de amor...
Un reconcomio latente que enajena mi realidad, que dispersa la aparente paz que en mi interior habita. Una imagen afable, un apacible recuerdo... eres tú aquello que procuro, mi anhelo ansiado, la inquieta luz que busca mi barco a la deriva...
Trato de olvidarte presuroso, mas no lo consigo; tu recuerdo se encadena afanoso a mi pecho, de él no consigo arrancarlo, no puedo... no quiero, tal vez. Es tu risueña sonrisa miel para mis labios, lágrima cristalina para mis ojos es tu cálida mirada... me abanican cuando calor siento, me arropan cuando tengo frío. Gozando tu sonrisa, disfrutando tu mirada... me contento, mas muera añorando una sutil caricia, un dulce sorbito de tus besos... seguiré viviendo, viviendo por ese sueño.
Vivo muriendo de amor, muero viviendo por ti...

Datrebil

AMOR, OYE MI MÚSICA

Tarde desapacible, rompe el silencio la fuerte lluvia, el ronco tronar. La soledad embarga mi alma, triste la oigo sollozar. Otro día más sin verte, ya no lo puedo soportar; el errante deambular se hace insufrible, no sé hacia donde fui, ni hacia dónde voy… muero cada vez que estoy sin ti.
Enciendo la radio, a mis oídos llegan dulces notas, romántico sonido… es el canto del saxo que gime un lamento, que suspira sentimientos a puro dolor
Es la música mi compañía en tu ausencia, la incondicional cómplice que solidaria a mí se presta. Ella es mi sustento, el reflejo inerme que a ti me recuerda. Canción que me haces soñar, sentados juntos en la orilla de la playa a la luz de la luna que refleja su belleza en el ancho mar, no dejes de sonar. , que nadie te pueda atrapar, alcanza su corazón y hazlo regresar, que vuelva sus pasos en su dulce caminar.
Amiga mía, no te olvides de mí… Lentamente desvanezco, sin remedio; se me cierran sin retorno los ojos como quien pierde una estrella… luz del alma, regresa a mí.
Fuente sin agua, abeja sin flor, noche sin luna, día sin sol… yo sin ti. Triste quejido es mi anhelo, la quiero a morir, cruel lamento. No dejes para otro momento, amada, tu regreso… nunca el tiempo es perdido, pues con tu ausencia he aprendido a quererte más, si cabe.
Quisiera ser brisa que mesa tu delicado cabello, gesto que esboza en tu hermoso rostro un tierno retozo. Rosa bella que, con solo una sonrisa, mi corazón acelera, por ti la cabeza pierdo; comerte a besos es mi sueño, mi fantasía.
Vivo porque no muero, muero porque no vivo… aferrado a una esperanza, a una quimera. Le deseo, nada puedo hacer, es mi sino, ya lo sé, quién me lo iba a decir.
Melancólico saxo, mi fiel compañero, agita tus notas; hazlas llegar hasta mi amada, que ajena a mi desenfreno vive. Hazle saber que desfallezco por decir te quiero, que sin ella muero…
O tú o ninguna, vida mía. Eres el sentido de mi caminar, entra en mi vida, dulce joven, que mi camino se acaba y mi amor se marchita, pues nada es para siempre, y se aproxima el final.
Música celestial no dejes de sonar que, aunque yo me ausente, su corazón debes tocar.
Hoy me despido, mi nostálgico saxo, sin miedo a nada busco la paz en otro lugar; pues con sopor he vivido su ausencia y ya no quiero hacerlo más. No dejes de sonar, pues su corazón has de tocar.
Adiós, mi amor perdido, tenerte no he podido; mas amarte es un placer

Datrebil

miércoles, 11 de junio de 2008

ES EL DESTINO

"La distancia es sólo una prueba establecida por el destino para que podamos demostrarles a todos, que nuestra amistad es más fuerte..."


No creías en el destino me dijiste aquel señalado día; señalado, pues fue aquel día en el cual se fraguó una hermosa amistad… nuestra amistad. Mas pienso que fue el destino el que se encargó de cruzar nuestras vidas, de darles un nuevo cariz a las mismas… necesario, quizá.
Lejano, distante el amor… nostálgico, desasosegado corazón tuyo. Rumbo incierto, final inesperado…
Vacía, vana en sentimientos… mustia, melancólica alma mía. Paréntesis insulso, sumiso silencio… Eres la paz que calma mi hastío…
Vidas opuestas, almas gemelas… son las nuestras. Nos mueve el impulso, el sentimiento puro, delicado, sincero... Fue tu sino, fue mi suerte… el punto común en nuestros caminos. Allá tú, acá yo; tan lejanos estamos, nos sentimos tan cerca… regalo del cielo.
Viento del norte, viento del sur surcan sendas abruptas, escarpadas, arduas, probablemente… hacia el otro, uno; hacia uno, el otro. Buscan paz, añorada serenidad, un instante juntos, no más, suficiente, quizá, necesario, tal vez. Juntos se olvidan del sol, de la luna también; ellos solos, como dos estrellas fugaces que unen sus efímeros destinos, distantes del resto, aisladas del universo, en armónica libertad. ¡Tiempo, detente! ¡No tengas prisa!
Tiendes tu mano, te extiendo la mía, hermosa amistad. De mi corazón, un trozo te ofrecí; sin duda, un trozo más grande de tu corazón recibí. Eres parte de mí, en mi vida eres cómplice, satélite de mi universo, flor de mi jardín…
Retoño de mi sino discurre lisonjero, cadencioso al son de tu delicado paso, cogidos de la mano recorren tu mundo de fantasía, pasean por las nubes sin cesar. Sentimientos compartidos, sensaciones hermosas; son tu deseos mi anhelo, congoja de mi hastío…
Paloma blanca que busca su nido en triste volar, no decaigas; mas en la tristeza, lo más hermoso hallarás.
Caminar incierto es mi destino, caminar errante es tu sino, mas sólo unidos cobran atisbo de sentido…
Dichoso destino que aquel día nos unió… mi amiga, tú; tu amigo, yo.

Datrebil

YO TE ENTIENDO, AMIGA

Yo te entiendo, amiga, te comprendo perfectamente.
Hace algún tiempo vengo observando que algo te preocupa, que no te deja vivir. Algo que por un instante desmorona tu presente aportándote un futuro incierto...
Cosas del amor, ¿verdad? ¡Qué si no!
Lo noto en tu mirada cuando lo miras; él te gusta, yo lo sé, no eres libre, tampoco él...
Cada vez que lo ves, tu sumiso corazón se acelera con desenfreno, como si de ello dependiera la vida. Te olvidas de ataduras, te olvidas de la gente; de todo, en general... solo él, sola tú... él y tú, nada más.
¿Qué pensará sobre ti?, te preguntas mientras te acercas a él con una actitud aparentemente amistosa, aún sabiendo que sólo se trata de una ficticia fachada que esconde un profundo sentimiento, un amor sincero... Buscas en su mirada, en ese instante, una respuesta que no llega, que no llegará...
Se une a tu presuroso corazón, entonces, tu estómago confuso, pues miles de mariposas parecen revolotear en él sin consuelo.
Un leve gesto, una liviana palabra, una fugaz caricia, una etérea sonrisa basta... caes rendida a sus pies sin remedio, cual hermosa abeja a un delicado clavel, del mismo modo que la última gota cristalina de rocío a la preciosa rosa carmesí...
Estando a su lado apenas te salen las palabras, se sumerge tu inconsciente en un efímero vacío sólo perturbado por vanas ideas; esperanzadoras, por un lado, utópicas, por otro. Le dirías tantas cosas... y nada le dices...
Te sientas a su lado, parece estar tan cerca de ti; es en ese preciso momento cuando deseas que el tiempo se detuviera eternamente. Pues sabes que aún estando tan próximo, nunca estará más lejos... sabes que nunca será tuyo... Cruel destino, quizá.
Se marcha con paso silencioso; te marchas cabizbaja, colmada de nostalgia, de melancolía... aún sabiendo que alguien te espera, con amor y alegría...
Te comprendo, amiga, te entiendo perfectamente...
...pues aquello que tú sientes por él...
...por ti lo siento yo...

Datrebil

¿ES AMOR...?

Querida amiga:

Esta carta te escribo para que entiendas mi preocupación.
Dudas y más dudas divagan en mi interior cual caminante errante que no encuentra su destino.
No sé, aún, qué es el amor, pues nadie me enseñó, ni me explicó...
¿Sabes tú qué es el amor?
¿Se puede tocar?, ¿se puede ver, tal vez?
Acaso... ¿se puede degustar o, en cambio, se puede oír?
O quizá... ¿se puede oler?
¿Posible es que sea un compendio de todas estas sensaciones?
Pero... de ser así... no podrían amar las personas que no ven; aquellas que no pueden oír; las personas que no tienen manos para tocar; aquellas que tienen su olfato perdido y no pueden oler; o simplemente, aquellas personas que no saben distinguir el gusto de las cosas...
Es posible que estas sensaciones puedan definir al amor, pero... debe tener características que compensen estas carencias, ¿no crees? ¿Cuáles son?
Dicen que el amor es un sentimiento; puede ser, sin embargo, ¿qué se siente?
¿Sientes un inquieto hormigueo por el cuerpo? ¿O sientes cientos de enérgicas mariposas revoloteando en el estómago? ¿Se siente, quizá, un ardiente volcán en lo más profundo de nuestro interior?
¿Es cierto, amiga, qué aquel que ama no deja de pensar en la persona amada cuando ésta no está a su lado...? ¿Qué no poderla abrazar oprime su corazón ahogándolo sin misericordia...? ¿Qué pierde la razón si su mirada no puede encontrar, aún buscándola entre los ojos de la gente...? ¿Qué la vida se le esfuma de entre las manos cuando sus besos no puede sentir...?
¡Qué inmenso es el amor! ¡Cuántos sentimientos encierra!
Ahora entiendo, mi fiel amiga, qué paradigmas refuljan sobre el amor...
Entonces, amiga mía, si todo cuanto se ha descrito anteriormente acerca del amor es innegable...
... hoy puedo decir rotundamente que estoy enamorado...
... y que mi amor... eres tú.

Datrebil