El reloj de la paciencia consume sus horas, despierta de su letargo la angustia y el desconcierto. Confundido por cien razones, buscando una respuesta... me hallo perdido en falsas ilusiones.
Se lleva el viento del olvido aquellas expectativas que un día crearon dos corazones jóvenes e inocentes confiados en que el camino a seguir sería plácido y sencillo; se desvanecen paulatinamente los lazos que los unen, vuelan sus esperanzas destrozadas en mil pedazos.
El paso ruin del tiempo marca nuestro destino, por momentos más alejados. Días que mueren en la oscuridad de la noche plenos de tristeza y desasosiego, motivo de lamentos y suspiros que no encuentran alivio en el páramo del desvelo... Frías noches que perecen al alba de la mañana colmadas de soledad y resignación, se apaga la llama de la pasión, se disipa la luz del amor... Atrás quedaron dulces sueños, anhelos con entusiasmo forjados... diluidos por el mar de la rutina, arma iracunda que incontestablemente fulmina ánimos y convicciones.
Miro al suelo apesadumbrado en busca de una señal que levante mi mirar, única esperanza que me ha de quedar... A mi lado, inseparable y fiel, mi pálida sombra, compañera de fatiga, confidente silenciosa, sigue mis pasos errantes por el sendero del desamor... Rompe su marcada silueta el paso fugaz de un espectro sombrío que los rayos del sol dibujan en el piso, torno mi mirada al cielo y advierto el vuelo de una paloma que en su pico una rosa porta... ¿no es más que el indicio que añoraba? Quizá, no lo sé...
Si eres tú, bella paloma, la llave que ha de abrir mi corazón, no esperes más... clava la rosa en mi pecho ya que de ella brotará el deseo más hermoso... arráncame el alma de una vez... dame muerte de amor, pues sin amor ya muero... Y si lloras, aunque yo no lo quiera, sin estar ahí, estaré contigo... en cada lágrima derramada...
Datrebil
Se lleva el viento del olvido aquellas expectativas que un día crearon dos corazones jóvenes e inocentes confiados en que el camino a seguir sería plácido y sencillo; se desvanecen paulatinamente los lazos que los unen, vuelan sus esperanzas destrozadas en mil pedazos.
El paso ruin del tiempo marca nuestro destino, por momentos más alejados. Días que mueren en la oscuridad de la noche plenos de tristeza y desasosiego, motivo de lamentos y suspiros que no encuentran alivio en el páramo del desvelo... Frías noches que perecen al alba de la mañana colmadas de soledad y resignación, se apaga la llama de la pasión, se disipa la luz del amor... Atrás quedaron dulces sueños, anhelos con entusiasmo forjados... diluidos por el mar de la rutina, arma iracunda que incontestablemente fulmina ánimos y convicciones.
Miro al suelo apesadumbrado en busca de una señal que levante mi mirar, única esperanza que me ha de quedar... A mi lado, inseparable y fiel, mi pálida sombra, compañera de fatiga, confidente silenciosa, sigue mis pasos errantes por el sendero del desamor... Rompe su marcada silueta el paso fugaz de un espectro sombrío que los rayos del sol dibujan en el piso, torno mi mirada al cielo y advierto el vuelo de una paloma que en su pico una rosa porta... ¿no es más que el indicio que añoraba? Quizá, no lo sé...
Si eres tú, bella paloma, la llave que ha de abrir mi corazón, no esperes más... clava la rosa en mi pecho ya que de ella brotará el deseo más hermoso... arráncame el alma de una vez... dame muerte de amor, pues sin amor ya muero... Y si lloras, aunque yo no lo quiera, sin estar ahí, estaré contigo... en cada lágrima derramada...
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