miércoles, 19 de noviembre de 2008

RECUERDOS

Ayer me estuve acordando de aquella primera sonrisa tuya que quedó a fuego grabada en mis ojos y que aún hoy consigue que prenda en mi pecho con pasión un corazón ardiente. Desde entonces, anhelo latente de mis ojos es reflejarla en cada mirada mía que la busca entre la gente allá por donde voy; es la luz que los iluminan, por los que se abren al amanecer cada mañana... Tu sonrisa... aquella que se clava en un corazón que ansía sus caricias... mi corazón... cómplice de mis sueños.
Ilusiones que aún rondando los límites del olvido y del quebranto permanecen presente en mi vida, una vida que parece cada vez más absurda. Son vanas esperanzas que se aferran a un imposible que se hace evidente en cada día que pasa.
Hoy, nuevamente, vi correr dolorosas lágrimas por tu mejilla, las sequé con los temblorosos dedos de una manos que temen tocarte aunque por acariciarte mueran en cada instante; volví a tragar amarga saliva que se une en su triste divagar a silenciosas y ocultas lágrimas que mis ojos derraman para mis entrañas, gritando al cielo con muda voz cuanto siento.
Y quedaron en estéril intento los abrazos que querían consolar tu dolor, huérfanos de tu encuentro; por miedo a ser rechazado, tal vez... qué se yo... Otra vez, se escaparon ávidos besos de mi boca que nunca llegaron a rozar tus delicados labios, rosa blanca, se perdieron en la fría indiferencia o en la arrogante cobardía, quizá... qué más da...
Es mi condena vivir sin cadenas que mis manos aten, mas el destino se encarga de hacerlo; aunque invisible sea a los ojos de la gente. Puso la miel en mis labios y sin degustarla siquiera la aleja despacio haciendo más largo y duro el calvario. Cruel sino que a mi me vino a tocar, similar al tuyo posiblemente... sinuosos caminos tenemos que recorrer, mi amiga, entrelazados por momentos y tan distantes, en cambio, en otros muchos instantes.
Mañana, permanecerá tu recuerdo... en ocasiones bueno, en otras no tanto. Me embargará la nostalgia entonces, melancolía en la que se convertirán los anhelos de hoy; se volatilizarán los sentimientos que alberga mi alma entre nubes de ensueños y brisa del olvido... quedando sólo su esencia en un recóndito lugar, cerrado a cal y canto, en el que jamás se desvanecerá. Mi amor por ti persistirá por siempre... en mi corazón.

Datrebil

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como duele el amor cuando desaparece de nuestras vidas.Pero por muy dolorosa que sea su ausencia si se vivió con intensidad y pasión,mereció la pena.
Un beso.
Sherezade.