viernes, 15 de agosto de 2008

TU FOTOGRAFÍA

Trato de engañarme de nuevo y no lo consigo, no encuentro más formas de hacerlo, todo me lleva a una utopía, a un anhelo imposible. No hay día que no me acuerde de ti, a todas horas, y miro entonces tu fotografía... Te acerca a mí, te siento a mi lado como en otras veces, aún estando tan lejos...
Recuerdo los momentos que juntos hemos pasado, en los que me hiciste volar como lo hace el alegre gorrioncillo que agita incesante sus vivaces alas surcando el viento raudo y veloz; pues estando contigo puedo sentir plena libertad, nada más que tú importa en ese instante, sólo tú...
Tu presencia logra que aquello que parece lóbrego se torne radiante, conviertes la nostálgica lluvia en esperanzadoras gotas de rocío, el insoportable frío de la mañana lo vuelves cálido remanso que acuna mi alma... eres el arcoíris que le da color a mi vida.
Miro de nuevo tu fotografía y me embarga la melancolía, tu ausencia baña mis ojos que luchan por sostener cada una de mis lágrimas, unas resbalan hacia fuera y caen sin reparo sobre el papel que refleja tu bella imagen; otras, en cambio, se precipitan por dentro buscando mi triste corazón desgarrando a su paso mi alma. Se desvanece mi vida en un suspiro; clama al cielo, a la sazón, mi lamento...
Sólo te tengo en un trozo de papel, preciado tesoro, sin duda, que consigue que mis retinas graben tu imagen para no olvidarte jamás. Acaricio sutilmente tu hermoso rostro, belleza inusitada, rozo delicadamente tus labios... aquellos que anhelo besar; siento el calor de tu piel en mis dedos, en la levedad de mi ser... locura, quizá; mas amor lo llamaría yo...
Son eternos los días que paso sin verte, arpías sensaciones intentan apoderarse de mí en tu ausencia, aunque no lo consiguen; tu recuerdo me hace fuerte por fuera, mas muera por dentro por no tenerte.
Observo tu fotografía y se dibuja una sonrisa en mi cara, otra vez encuentro la forma de engañarme, de sentirte tan cerca y de olvidar tu ausencia... aunque pasen las horas y no oiga tu voz, a pesar de que abra mis ojos y el destello de tu mirada no halle... estás en aquel lugar, en una canción, estás presente en el aroma del café, en la más bella flor... estás en una fotografía... que no dejo de mirar...

Datrebil

lunes, 11 de agosto de 2008

LLÁMALO COMO QUIERAS...

Una extraña sensación embarga mi ser desde lo más profundo cuando estoy contigo; quizá no encuentre la forma de definirla, pero sé que la quisiera sentir a cada instante, en cada momento... Mi mundo gira en torno a ti, nada existe ni tiene importancia; se detiene el tiempo, nos quedamos solos...
Unos llaman al sentimiento que se apodera de mí, obsesión. Por perseguir una quimera inalcanzable que me arrastra a confines insospechados. Y, tal vez, no les falte razón. El más leve roce de tu piel, estremece mi alma... me hace levitar, al cielo me lleva... Muero por estar contigo, aunque sólo sea un minuto; te busco entre el gentío desesperado, como si me faltara el aire... tu ausencia me ahoga, se lleva mi vida.
Otros definen este aspecto como ansiedad y es posible que sea así. Tu sutil sonrisa es mi preciado tesoro, valioso legado que afanoso guardo en mi pecho. Un pellizco en el estómago que entumece mi cuerpo siento cuando miro hacia delante y no te encuentro, parecen millares de mariposas revoloteando en mi interior llevándose en el agitar de sus alas mi último aliento, el agónico suspiro de un moribundo.
Para algunos esa sensación no es más que un capricho. Mas no lo creo, el capricho es impaciente, imprudente, impulsivo e irrazonable, incluso se debilita con el tiempo y la separación. Y no es mi caso, aunque pueda ser ilógico, el sentimiento que hacia ti siento es puro, se fundamenta en la paciencia y la prudencia, y carece de impulsos o, más bien, son aplacados previamente. Es un sentimiento comprometido, veraz y sincero.
En cambio, para otros muchos aquello que me sucede es una locura y a veces lo creo. Los pensamientos agitan atrozmente mi cabeza, aturden mi mente... Me hacen entrar en un laberinto inquietante de sensaciones ávidas de respuestas, cóctel de emociones que precipita el latido de mi corazón, que sacude violentamente mi cuerpo. Tu clara mirada queda marcada en mis retinas a fuego, signo evidente de la bondad que reflejan tus bellos ojos. Si loco me vuelve tenerte cerca, menos cuerdo me hace estar lejos de ti.
Afirman convencidos, otros tantos, que es cariño o querer lo que siento por ti, bella flor. Y aunque pueda confundirse con el sentimiento que me concome por dentro, no creo que acierten. Yo lo llamo amor... el querer y el amar no son sinónimos, sino antónimos; el querer lo exige todo, el amar lo entrega todo.
Soy todo tuyo... todo cuanto soy...
He aquí aquello que siento por ti, y que guardo celoso en mi loco corazón... yo lo llamo amor...
Tú... llámalo como quieras...

Datrebil

martes, 5 de agosto de 2008

SENTIMIENTOS ESCRITOS

Son mis humildes palabras fieles marcas que reflejan aquello que mi corazón se empeña en sentir, sin atender cuanto mi cerebro le sugiere. Son sentimientos de un alma errante que vaga entre anhelos y cuentos de hadas, entre sueños rotos y quimeras... en un mundo o en una época que, quizá, no sean los más idóneos... amor o desamor, pasión u obsesión, tal vez...
Sentimientos no correspondidos que me ahogan lentamente, se lleva mi vida sin darse cuenta, se desvanece. Con cada sonrisa tuya, vuela un suspiro mío; procuran paz lisonjera que los una en la eternidad, allí donde todo es posible y no los puedan separar jamás... Triste lamento que se escapa de mi pecho, henchido de amor...
Luchan lágrimas de amargura por no caer al vacío en busca de tu tierna mirada, alocada inocencia que arrebata la cordura de un servidor. Se clavan tus bellos ojos en los míos, esperanzas silenciosas gritan éstos por tan hermoso mirar... Muda percepción y, a la vez, tan locuaz... la mirada.
Paloma cautiva que clama libertad, gira tu mundo en sentido contrario al que quieres llevar. No sabes cuánto quisiera poder pararlo con mis manos para que puedas volar al son de la leve brisa que acaricia tu alma, y poder parar el tiempo para que el latido de tu corazón se perpetúe en el silencio del cielo, allá donde puedes encontrar frondosas nubes por las que poder pasear... No sabes cuánto, mi volátil paloma, quisiera ser tu juguetona sombra en tan lindo volar...
Es un ínfimo segundo de tu presencia, una ofrenda para mí; agradecido la recibo intentando aprovechar tan ansiado instante como si el último fuera. Desprendo de mi loco corazón una preciosa rosa que presto tiendo a regalarte con cada una de mis sonrisas, a pesar de que sus espinas queden clavadas en él hiriéndolo de muerte... mas no hay peor muerte que estar vivo y... no tenerte...

Datrebil

miércoles, 30 de julio de 2008

DIFÍCIL CAMINO

Perdóname por no entenderte; no es fácil, créeme. Tú que me ofreciste aquello cuanto deseé, que con el paso del tiempo me lo fue dando todo... ¿por qué pretendes arrebatármelo ahora? No te escondas... da la cara.
Pusiste la miel en mis labios para que me deleitara con su dulce sabor, regusto del placer y la pasión... Un rojo clavel cuya excitante fragancia embriagó mi ser, aletargando mis sentidos, haciéndolos suyo...
Lograste apartar las nubes que oscurecían mi cielo, dejando hueco para que los luminosos rayos del sol tocaran mi piel, caricia sutil que embelesa mi cuerpo... Y que la brisa liviana mimara mi paso por la vida retirando las piedras del camino para no tropezar...
Tú que del fuego de la pasión permitiste que se prendiera la llama de la inocencia, con sólo una escueta chispa. Llama que avivó el cálido latir de mi corazón, por momentos perdido, en otros hallado... Llama candente que otorga sentido al calor de la vida... de mi vida... chispa divina...
Ilusiones cumplidas, sueños realizados... camino de seda que ante mis ojos situaste. Me merecía tanto, preguntábame yo; quizá no, mas así fue. Entonces, ¿por qué ahora intentas arrancármelo todo? Dime, sé valiente...
Perdóname por no conformarme, no fue fácil, créeme. Tal vez, por tener todo cuanto deseé dejé de valorarlo y busqué más allá, en el lugar donde los sentimientos mandan sobre todo... en el que el corazón coge las riendas de la vida sin dar tregua a la razón. Es allí donde me enviaste, despiadadamente.
Confiado seguí el sendero que marcaste para mí, una volátil senda con delicados pétalos que conducían a la más hermosa de las rosas... una rosa blanca. Frágil flor que dirige mis pasos, a ella me encargaste su cuidado; a pesar de convertir mi estancia terrenal en un errante viaje existencial... que me ahoga y me lastima...
Complicado mundo es el de los sentimientos, mas que por obviar lo evidente nos atormentamos sin consuelo. Es un hecho probado que la mente no doblegará jamás al corazón, aunque esté malherido... maltrecho de tanto amor...
Entregaste en mis manos una tierna rosa que no tocaré jamás, mas muera por ello... anhelando el suave tacto de sus pétalos... su cálido rozar... Resignarme me ha de quedar, pues al menos, de su fragancia puedo apreciar... y de este deleite, mientras persista, nadie me podrá despojar.
¿Por qué pretendes robarme la esencia de tan bello clavel a cambio de la tentación? ¿Acaso, es la hermosa rosa blanca la prueba de convicción que trabaste en mi carrera hacia mi inevitable final? ¿O, tal vez, procuras que salvaguarde su andadura por la fría tierra de la envidia y la maldad?
Perdóname, entonces, mi cruel destino, por no saberte entender. Perdido me encuentro entre mundos distintos. No es fácil... seguir el rumbo que marca mi corazón cuando la realidad se aleja diáfana de cuanto dicta su latir... créeme, no es fácil...

Datrebil

martes, 29 de julio de 2008

BAILANDO CONTIGO

Refleja su belleza la luna en el empedrado piso que bajo nuestros pies se haya, las juguetonas estrellas iluminan la fría calle. Suenan los primeros acordes de nuestra canción, se apagan las farolas al son de la melodía que embelesa mis oídos, que roza mi alma...
Tomo tu suave mano con sumo cuidado, deslizamos entonces nuestros pies sobre la descalza calzada dando rienda suelta al baile de los sentimientos. Fundidos en un abrazo marcamos los pasos siguiendo el melódico soniquete de románticas notas, juntos bailamos tú y yo, igual que lo hace el colibrí con la blanca rosa cuando procura el dulce néctar de tan bella flor.
Te entrego mi corazón desnudo en cada movimiento, se oye el sentido estribillo de fondo... que clama mi verdad...
Acaricia la liviana brisa nuestros tibios cuerpos, que danzan unidos en profundo frenesí. Estoy volando entre tus brazos, hermosa flor, musitando en tus oídos... a corazón abierto... palabras de amor... Besando tus tiernos labios, deleitándome con la miel que de ellos resbala...
Rompe el mágico momento el final de la canción, nos devuelve a nuestros propios mundos, equivocados o no, alejados aún estando tan cerca... Me consume la cruel realidad, se desvanece mi sueño con el agrio despertar...
Llora mi alma tu ausencia en su más hondo penar, mas no derraman sus amargas lágrimas mis desolados ojos; no quieren que los luceros que aman la vean sollozar.

Datrebil

martes, 22 de julio de 2008

VIAJE SIN DESTINO

Cuando estoy contigo de todo me olvido, nada existe más que tú y yo... ni el tiempo, ni la gente... ni el pasado, ni el futuro... tan sólo el presente... nuestro instante...
Vuelo en una nube de esperanzas que empuja con sigilo el viento de las ilusiones; quizá sin rumbo fijo, aunque no me importa si hacia ti me lleva. Suena hermosa música de tus labios que me embelesan con encanto, envuelven mi alma en tibio manto. El cálido tacto de tu piel enajena mi mente, sensible caricia que estremece mi corazón colmándolo de amor... hiriéndolo de muerte...
Navego a la deriva en las olas de un mar de anhelos camino de algún puerto que aún no diviso, mas no me preocupa si estoy contigo. Es tu penetrante mirada la luz guía de los navíos que fondean en alta mar, suspiros y lamentos que no encuentran consuelo, luminoso faro que marca el destino del velero perdido. Reluce de tu boca una bella sonrisa, estrella que el marinero mira para recordar; se resbala de tus labios sensuales la magia de un sueño que yo quisiera atrapar... y no consigo...
Es nuestro instante... presente... no es el pasado, ni el futuro... nada afecta... ni el tiempo, ni la gente... sólo tú y yo... de todo me olvido cuando estoy contigo...
Me invade la nostalgia cuando te marchas, mi corazón se va contigo... mi alma tras él... triste despedida, final cruel. Fría realidad que ni tu recuerdo apacigua, intenta mi razón poner cordura a la situación aunque no lo consigue. Recorre mis venas la melancolía entumeciendo mi cuerpo, la tristeza lo hace suyo... lo entrega tu ausencia... Caigo al vacío... en picado... con amarga soledad...
La congoja cierra mis ojos, abatidos por la pena, de ellos se escapan hirientes lágrimas que se desvanecen en la frialdad del suelo; dejan atrás un sangrante surco grabado a fuego, prueba del martirio... Afligido cuerpo vacío, en eso me he convertido... fantasma enamorado que vaga por un mundo equivocado... Zozobra mi barco errante, se ahoga mi alma en el olvido...
Cuando estoy contigo de todo me olvido, nada existe más que tú y yo... ni el tiempo, ni la gente... ni el pasado, ni el futuro... tan sólo el presente... nuestro instante... Sin ti me mata el olvido, nada existe más que tu ausencia... sólo el vacío... ni el tiempo, ni la gente... ni el pasado, ni el futuro... ni siquiera el presente... tampoco nuestro instante...
Alegría tuve, teniéndote cerca sin tenerte nunca; tristeza tengo, teniéndote lejos habiéndote tenido tan cerca...

Datrebil